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SIMPLEMENTE ERA YO Y NO SABÍA SERLO.

SIMPLEMENTE ERA YO
Y NO SABÍA SERLO.

SIMPLEMENTE ERA YO
Y NO SABÍA SERLO.

Tu problema está en la cabeza”. Estas fueron las palabras que aquel entrenador mágico me dedicó años después de aquella temporada única y diferente al resto de temporadas. Tú, junto a él, me hicisteis sentir jugador de fútbol, sin etiquetas, sin clasificaciones ni limitaciones. Al cabo del tiempo, tanto tiempo que ya no era ni jugador, nos volvimos a encontrar y en una charla informal me dejaste caer la frase. Esa frase que tantas veces me han repetido en casa. Mi padre y mi madre. Y mi padre otra vez. Y cuando las teorías de tus referentes de vida coinciden, sin ser una evidencia empíricamente demostrada, como mínimo te da que pensar.

Trato de recordar cuándo estos rasgos se convirtieron en “problema”, cuando la preocupación okupó mi juego y cuando el miedo a fallar se adueño de mis pensamientos. Por qué pocos días sí y muchos días no. Por qué mi atención estaba en todos sitios menos donde debía de estar. Y por qué mi motivación estaba más dirigida hacia la aceptación de los demás que hacia mi propio juego.

De lo que estoy convencido es que este “problema” me ha hecho ser quien soy, querer dedicarme a lo que me dedico, tomar las decisiones que he tomado, interesarme por lo que me intereso y ser sensible a lo que me sensibiliza. Quizás para encontrar respuestas, quizás para ayudar a que otrxs gestionen dichos “problemas”, quizás trato de recuperar la sensación de disfrute que fui perdiendo o quizás, un mucho de todo. Lo que sí es cierto, es que desde que entré por primera vez a la facultad hasta el día de hoy, sigo poniendo nombre a muchas de las cosas que sentí y viví, siento y vivo y, seguramente, sentiré y viviré a lo largo de mi camino.

Quizás lo que tenía no era ningún problema en la cabeza. 

Quizás era yo y no sabía quién era ni como dejarme ser.

Aquellos locos bajitos…

…que jugaban en la calle hasta hacerse de noche, que eran felices detrás del balón, que decidían el resultado de toda la tarde en la última jugada y no importaba más que para la revancha del día siguiente… ¿Dónde están esos locos bajitos?

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